El cuento de la integración: saga 1

Ya estoy medio harta de que cada vez que se hable en este país, Alemania, de integración y migrantes se ponga una foto inmensa de mujeres con el velo, delatando su convicción religiosa y si se puede a sus hijos al rededor. Así como también estoy harta de discusiones políticas demandando de los migrantes "integración" y sentimiento de agradecimiento hacia el país receptor por haberles/ nos dado la oportunidad, de trabajar, estudiar, trabajar y gozar del dinero social del estado.
Pero lo que fue muy allá fue este artículo en alemán que del Spiegel, de el tipo más invitadoa programas de TV de este mes, Sarrazin el cual me lleva de nuevo a gastar un par de líneas sobre este tema. Sarrazin ex presidente del banco federal alemán. Cabe resaltar que las críticas en este artículo y en muchos otros más siempre sobrecaen sobre los ciudadanos turcos, dicho sea de paso musulmanes.

Y la foto que pondría en este artículo sería una inmensa del turco de la esquina que me vende, culantro y yuca; del marroquí que le corta el pelo a mis amigos y mi peluquera preciosa, sacada de las mil y una noche de Irán, con una belleza inconfundible; o del exortador, o del profesor turco, todos musulmanes.. O será que los turcos no estudian porque están en los genes musulmanes ser un vaguito para vivir del estado... no, no puede ser, porque sino también los pakistaníes musulmanes tendrían que serlo. O alguien como o tu o como yo...

En la década de los 60 y sobre todo los 70 hubo la ola de migración turca, sobre todo, a Alemania. La old good Germany necesitaba mano de obra por un par de años para tranquilizar su economía y saciar necesidades por un grupo de gente que no "pitee", que no reclame por condiciones de trabajo para nada envidiables, y que de ahi, Tschüüüss, güle güle, salam aleikum, se vayan. Gracias, te dimos la oportunidad de conocer otra cultura y de vivir en el preciado país teutón pero chau. Pero no se fueron, y los Gastarbeiter se quedaron hasta llegar a la 3ra generación. Desde ahí que las instalaciones sociales fallaron y casi 30 años después se quiere enmendar un error que fue el palito que tiene que cargar un techo inmenso, la base efímera de un amor prohibido, de un amor que pone en riesgo la identidad alemana.

Porque los alemanes tienen miedo, por no decir los europeos en sí, de que sus nietos o sus hijos 20 o 30 años más tarde en vez de despertarse los domingos con el sonido pesado de las campanas de la iglesia evangélica de la esquina, se despierte con el cantar oriental de la mezquita. Y que en vez de ir a sus ya extintas desde hace ya muchísimo tiempo, Tante-Emma-Laden, o el chino en Latinoamérica, se vayan los domingo cuando todo este cerrado, al turco o al marroquí,.. al árabe de la esquina. que en vez de escuchar por las calles a gente hablando en alemán, que el idioma sea árabe... o turco. Qué miedo! me hace recordar a la historia de las Indias cuando los indígenas del nuevo continente temían lo mismo cuando su idioma fue prohibido, así como sus costumbres y ritos.


Desde el 2004 que existe el llamado curso de integración, así como otras medidas para restricción contra la migración en masa y de cualquiera que no cumpla con los requisitos para vivir en un país con fachada socialista y corazón conservador. Por ejemplo, ya nadie puede entrar al país sin tener ninún tipo de conocimiento del idioma, si es que la intención es quedarse a vivir por un buen tiempo, que quiere decir más de 6 meses. La parola que se lleva escuchando, como el Waka Waka en la época del mundial, sin cesar y tediosamente, es que los migrantes no le sacan jugo a ese curso, que consta de 600 horas de cursos de alemán y en donde también se aprende historia alemana, un mini curso de leyes, entre otros. Por qué es que muchos musulmanes, en especial turcos, dejan a medias el curso, llegan tarde, se van antes que acabe la clase. Por qué es que estos especímenes irresponsables, de acuerdo con la opinión del Sarrazin, no aprovechan lo que el estado alemán buenamente les regala? Reitero, este es un ataque expreso para los turcos.

....continúa en la 2da parte de esta edición