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viernes, 18 de junio de 2010

Cómo cortejan los animales... alemanes

* Esta entrada fue sacada de mi blog anterior, pero pienso por la demanda del tema, que queda a pelos como 1ra entrada de junio.

EL pianista del Café donde trabajo es un tipillo de 25 anhos, un tanto pequenho. Siempre va a tomar un capuccino con caramelo e iba con su novia que era unos 8 anhos menor que él… considerando que ella no había ni acabado la mitad de la secundaria. Un día, en una de sus venidas al café, vino con toda su familia, o sea papi, mami y hermano. El hermano, era casi todo lo contrario a él: mientras que el pianista llevaba siempre saco y camisa, el hermano estaba todo de negro, dizque estilo metalero.

Este hombrecito vestido de negro no me quitaba la mirada de encima, hasta me incomodaba un poco. Luego de ordenar 3 bebidas conmigo, me empezó a sacar información mientras le ponía azúcar a su café negro y me miraba detenidamente, como si estudiara la próxima pregunta, como si me desnudara en público. Así continuó el resto de la noche, sin sacarme la mirada de encima, hasta que llegó el momento de que se fuera. Me miró mucho más fijamente a los ojos y sin dudar soltó un ” fue lindo hablar contigo”. Me agarró de la mano y me estampó un pedazo de papelito en la mano, me guinhó el ojo y me dijo ” llámame, linda” y se fue… se fue sin darme la oportunidad de refregarle en la cara que ese papel con 12 dígitos me daba igual, y no porque el chiquillo no sea buen candidato, sino por esa patética manera de cortejar a una damisela hambrienta de amor y calor!
Pero ese no fue el único que usó esa estrategia tan rica. En una de mis primeras salidas a discos, estuve la mitad de la noche bailando y perdiendo gramos con un chico, alemán obviamente, que al final de la noche me aplastó un pedazo de papel con su número. Me agarró con dos dedos el mentón y me dijo “llámame”… Lo miré a los ojos y le mentí fervorosamente dándole un claro como respuesta. Y me fui decepcionada… de los hombres animales.

* Esta canción me la dedicó un alemán (pero no animal) que para los que hablan alemán saben de qué se trata. Para los que no: simplemente describe a una francesita que se queja de Alemania porque nadie le silba cuando pasa, nadie la mira con hambre voraz...porque el amor en Alemania necesita más tiempo... Aurelie, tú esperas mucho, los alemanes coquetean muy sútilmente, Aurelie, tan sencilla no es la cosa pues.

2 comentarios:

  1. ¿Aún sin encontrar un amor que no sea tan animal?
    Tus crónicas me alegran la vida....

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  2. jaja!! y cada vez más convencida de que el animalismo esta en todos!

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