Compartir este blog:

| Más

martes, 25 de agosto de 2009

Saliendo con un animal...alemán I

Todo fue tan rápido que no me di cuenta que me empezaba a gustar el vecino de una amiga. Nos vimos por primera vez en una de las tantas fiestas que siempre organizaba Ousamma, un libanés que habla perfecto alemán, francés, inglés y siempre suelta palabras en todo los idiomas.
Cuando el susodicho me vió, me preguntó si había venido sola. La verdad que no sabía qué responder porque de hecho si había ido sola pero conocía a 3/4 de la gente de la fiesta. Cuando le expliqué, vi su alivio manifestandose por la boca. El esperaba como respuesta un "estoy con mi novio, stand back, ni se te ocurra!"
Luego tomamos y bailamos con la conglomeración de gente de todo el mundo, todos estudiantes, pero claro obviamente ningún chino porque se la pasan estudiando o cocinando. Llegó la hora de irme y me insistió en ir a su casa a conversar un ratito. Fui y estuvimos muy amenamente 2 horas hablando de él, de mí, cada uno tratando de venderese de la mejor manera posible... El fue muy marketero consigo mismo porque a medida que lo iba cono
ciendo, me cayeron varias veces baldazos de agua fría, y los peores fueron en invierno, cuando más se necesita a un calentador.
La segunda vez que salimos fue a un concierto de reggeae en un bar. Fuimos con otros amigos suyos y una amiga mia que trampeaba con su mejor
amigo. Cuando nos metimos entre la gente, se desapareció por un momento y cuando lo vi volver, fue con dos cervecitas heladitas bien ricas. Ay que lindo que es!!! me trajo una chela! Antes de llegar a donde yo estaba, alzó la mano con la rubia agarrada y se la dio a su amigo, casi metro y medio más grande que él. Primer plop en nuestra historia amorosa, y los hay sinfin.



Además de que casi nunca lo veía los fines de semana porque se iba a ver a su mamita y demás y que cuando estabamos en mis reuniones multinacionales se le veía todo contraído, era además como ya lo viste, un tacanhaso al cubo. O sea, yo no espero que nadie me pague lo que consumo pero eso de estarse divdiendo todo con tu actual es inaceptable.
La tercera vez que nos vimos fue en el café donde trabajaba, fuimos ahi a tomar algo. El me dijo muy carinhosamente, yo te invito a un cafecito. Pensé para mí que tal vez sólo son ideas mías lo de su tacanhería y falta de delicadeza, tal vez debería de darle más tiempo!! Son las clásicas de la mujer imbécil que se enganha cada vez que su marido la golpea o le es infiel. Al final nos salimos quedando 3 horas en el café y no sólo tomé una bebida, como es de suponerse, también comimos un piqueo. A la hora de pagar, no sabía donde poner mi cara después de lo que sucedió. Mi colega nos cobró con el porcentaje de rebaja que recibo e hizo la pregunta de la noche: Pagan juntos o separados? Yo pensé, claro es una invitación, pagará todo él, además si es que está promoviendo y gana bien y vive como pobre, no le hará danho. Esuché su voz y se me nubló la vista de la vergüenza. Yo pago el café que tomó ella, mis 2 capuccinos y la mitad del piqueo.
Al siguiente día que me tocaba trabajar con la misma colega, fueron un sinfin de preguntas y recriminaciones las que me acompanharon a lo largo de mi turno. Pero yo ni presentía que se venían cosas peores, y a la par de las preguntas y gritonadas de mi amiga me enganhaba a mí misma, con un repetitivo pero hay que ser pacientes, de repente necesita más tiempo...
.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario